Kate y Howard I: la estrella y el aviador

viernes, 10 de junio de 2011

Kate y Howard I: la estrella y el aviador

Kate
«Fue el mejor amante de mi vida.» Así se confesaba Katharine Hepburn ante la grabadora de la escritora Charlotte Chandler. Y no se refería a Spencer Tracy. En esas entrevistas íntimas, nunca publicadas hasta ahora, la actriz habló con una naturalidad insólita del sexo y de los hombres. Especialmente de uno de ellos, Howard Hughes.



Desde pequeña nadaba casi cada día en el océano, fuese invierno o verano, hábito que mantuvo hasta pasados los 80 años. «Cuanto más amarga la medicina, mejor», decía. Una mañana de 1935 se presentó en el exclusivo club de golf de Bel Air y pidió un rival que estuviese a su altura. Nada de chicas, un hombre. Era muy competitiva. Minutos más tarde estaba jugando contra un profesional cuando oyó el estruendo del motor de una avioneta que volaba a ras de suelo. «Creí que iba a aterrizar sobre nuestras cabezas, pero nos sobrepasó y se posó en el green, justo delante de nosotros», recuerda. El piloto esquivó un par de búnkeres, evitó el lago y consiguió frenar sobre la hierba exquisitamente rasurada. «Hizo uno de sus típicos aterrizajes en un palmo de terreno, a los que pronto me acostumbraría. Enseguida supe quién era: Howard Hughes. No podía ser otro.» El multimillonario productor de cine y consumado aviador bajó de un salto. Llevaba una bolsa con sus palos de golf al hombro y se unió a la partida. «Los socios del club estaban furiosos. Pero él les dijo que pagaría la cuenta por el arreglo de los desperfectos. Howard pensaba que podía comprar cualquier cosa.»



Howard Hughes
Aquel vuelo acrobático tenía un objetivo: impresionar a la actriz. Estaba encaprichado de aquella altiva pelirroja desde hace un año. El alarde dio resultado. La invitó a cenar y empezaron a salir. A Hepburn le pareció guapísimo con su cazadora de cuero y sus gafas de piloto. «Fue el mejor amante de mi vida», resumió. La actriz tuvo muchos romances en Hollywood, pero la intensidad física de aquella relación, ese gusto por la vida tan sincero, permaneció en secreto. En aquella época, Hepburn no concedía entrevistas, ni siquiera firmaba autógrafos. Tenía una lengua vitriólica y podía ser cortante. «Tengo cinco hijos: dos blancos y tres negros», le espetó a un reportero que osó preguntarle por su vida personal. Por su parte, Hughes estaba medio sordo. Era muy callado. Y ya tenía manías de lunático.


Por eso, hasta hoy, es la relación, bastante más tardía, de Hepburn con el actor Spencer Tracy la que se recuerda. La química funcionaba en la pantalla. Pero en la vida real no tuvo nada de glamour. Un amor sórdido entre un machista redomado y una pionera del feminismo que se dejaba avasallar. Tracy, casado, alcohólico y enfermo, no quiso dejar a su mujer. Se veían a escondidas. Hepburn fue siempre la segunda; más una enfermera que una amante. «Spencer nunca me dijo que me quería», se lamentaba. Ni siquiera pudo asistir a su funeral y le lloró en casa para no incomodar a la viuda. Con Hughes fue todo lo contrario. Gozo en estado puro. Plenitud física. Sexo sin culpa. Y lo más importante: Hepburn era ella misma; un espíritu libre. Con Tracy fue una sombra. La encarnación de sus propios demonios interiores.

Hepburn

Sólo en los años 70, cuando ya era la gran dama del Hollywood clásico y para muchos la mejor actriz de todos los tiempos, la única con cuatro Oscar, se confesó a la biógrafa Charlotte Chandler, que grabó largas conversaciones de sobremesa (The real Kate: a personal biography, JR Books). Confidencias que Chandler jamás hubiera osado publicar en vida de Hepburn. «Howard era una persona muy orientada hacia el sexo. Yo no me sentía cohibida porque él no lo estaba en absoluto», se sinceró. Estuvieron juntos durante dos años. «Howard y yo compartíamos algunos rasgos de carácter que nos hacían muy compatibles. Nos educamos en casa. Estábamos tan mimados que ni siquiera nos dábamos cuenta. Y éramos dos solitarios. Íbamos por libre y hacíamos lo que nos convenía a cada uno.»

Fuente: XLSemanal (Carlos Manuel Sánchez)

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