Un elemento esencial de las películas de Hitchcock, es la actriz que tiene el papel protagonista, muchos críticos han dedicado artículos a las características físicas e interpretativas de las llamadas “rubias de Hitchcock”.
Indiscutiblemente el tipo de actriz esbelta, rubia y refinada forma parte del universo cinematográfico del “mago del suspense”, él mismo escribió: “Cómo escojo a mis heroínas”, en el que explica las cualidades que han de tener, las protagonistas de sus filmes.
Alfred y Grace Kelly
La heroína de sus películas tiene que gustar a las mujeres antes que a los hombres, porque las mujeres forman las tres cuartas partes del público medio del cine, y, si bien las mujeres pueden tolerar la vulgaridad en la pantalla, nunca lo hacen cuando está encarnada en su propio sexo.
Alfred con Joan Fontaine, leyendo Rebecca
La heroína de la pantalla no debe ser sólo decididamente agradable, sino que tiene que tener vida, tanto en los ojos como en la voz. El reinado de las actrices eminentemente pictóricas ha terminado.
Dado que la pantalla no dispone en absoluto de suficiente distancia para hechizar la vista ésta tiene que poseer una belleza y una juventud reales.
Una heroína de la pantalla no debe superar la talla mediana, ya que una mujer muy alta es sumamente difícil de fotografiar a excepción de Ingrid Bergman (1.80 m) que participó en tres de sus películas.
Dadas estas premisas, a nadie puede extrañar que Hitchcock haya manifestado que:
Alfred e Ingrid Bergman
“no me gustan las mujeres a las que se les lee en la cara que son como el símbolo del sexo, y que parece que lo llevan como letrero. Siempre he sostenido que una mujer delgada puede ser mucho más sexy que otra con dos sandías delante. Creo que la sensualidad de una mujer hay que descubrirla solo mirándola. Sí, me gusta el tipo de rubia fría. Frialdad aparente, porque en el momento en que se ponen en acción todas las barreras se rompen. Es el tipo de mujer inglesa. Todas parecen profesoras, pero dentro de un taxi, te pueden destrozar. Un tipo de rubia como el de Marilyn Monroe no me interesa. Llevan el sexo colgado de su cuello, como si fuera una joya”.
Julie Andrews
Doris Day
Doris Day. Junto a James Stewart en El hombre que sabía demasiado (1956).
Anne Baxter
Anne Baxter: la actriz que estuvo a punto de protagonizar Rebeca obtuvo el rol de antiguo amor de un sacerdote que debe callar el nombre de un asesino -un Monty Clift más atormentado que nunca- en Yo confieso.
Hitchcock la tiñó de rubio platino y le dio así un lugar de honor entre sus musas de cabello claro.
Anny Ondra
Tippi Hedren
Tippi Hedren. La última de las actrices rubias que acompañaron sus trabajos, y quizás para evitar fugas pasadas ejerció sobre ella un control mayor que a las anteriores. Tenía constancia de cuales eran sus amistades, gustos e incluso establecía rigurosamente sus horarios.
Insistente en sus proposiciones sexuales, sufrió el frontal rechazo de Hedren. A partir de entonces la dirección de las escenas fue llevada a cabo por intermediarios y rompió toda relación con la actriz.
Contratada para siete películas, tan sólo grabó dos: Los Pájaros (1963) y Marnie la ladrona (1964). No completó el resto, porque como argumentó con el tiempo: "Hitchcock estaba obsesionado conmigo, y yo empecé a sentirme muy incómoda. No pude más"
Grace Kelly
Grace Kelly.Significó una de sus mayores obsesiones al establecerle desde el principio un contrato profesional de exclusividad, y pasar a controlar incluso su vida privada. Tentado por el deseo y dolido por la promiscuidad de la actriz con otros actores, que según las malas lenguas se acostaba hasta con las "alfombrillas de Hollywood", Hitchock se siente impotente otra vez más ante la indiferencia manifiesta a sus insinuaciones.
Al casarse con Rainiero de Mónaco y abandonar el cine, el director considera que ha sido traicionado.
Trabajó en: Crimen Perfecto (1954), La ventana indiscreta(1954) con James Stewart y Atrapa un ladrón (1955) con Cary Grant de protagonista.
Marlene Dietrich: con modelos de Christian Dior, la alemana incendiaba la pantalla cada vez que aparecía en Pánico en la escena dando vida a la cantante de music-hall amante del protagonista, acusado de haber mandado al otro barrio al marido de aquélla.
Alida Valli
Eve Marie Saint
Eva Marie Saint. Junto a Cary Grant protagonizó el film: Con la muerte en los talones (1959).
Ingrid Bergman. Participó en: Recuerda (1945) de la mano de Gregory Peck, Encadenados (1946) junto a Cary Grant y Atormentada (1949) con Joseph Cotten. Representó la primera de sus tormentosas relaciones y amores imposibles. Abandonado según él, cuando esta decidió aparcar su relación y ponerse a las órdenes de Roberto Rossellini.
Carole Lombard: la arrolladora personalidad de la señora de Clark Gable quedó inmortalizada en Un matrimonio original, una comedia -que no le gustaba mucho a Alfred- sobre una pareja.
Joan Fontaine
Joan Fontaine.Protagonizó: Rebeca (1940) junto Laurence Oliver y Sospecha (1941) junto a Cary Grant.
Kim Novak
Kim Novak. Protagonista de Vértigo (De entre los muertos) (1958) en compañía de James Stewart. Al término del rodaje, afirmó lo siguiente: "Nunca más volveré a trabajar con Hitchcock, es un hombre insufrible y un auténtico tirano". Debido al acoso sufrido por parte del director.
Janet Leigh
Janet Leigh. Actriz principal en Psicosis (1960), su única colaboración con el director, aunque la escena de la ducha sea la más recordada de toda su carrera.
Madeleine Carroll
Madelein Carroll. La primera de sus predilectas elecciones. Protagonizó: 39 escalones (1935), El agente secreto (1936.
Vera Miles
Vera Miles. Aparece en: Falso culpable (1956) con Henry Fonda y Psicosis (1960) junto a Anthony Perkins y Janet Leight.
Tallulah Bankhead
Tallulah Bankhead. La actriz en una escena de Naúfragos (1944), la única película de Hitchcock en la que trabajó.
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