Un actor llamado deseo

viernes, 4 de julio de 2014

Un actor llamado deseo


Marlon Brando
Marlon Brando, de cuya muerte se cumplieron diez años el lunes, ganó dos oscars, que es mucho, pero solo ganó dos oscars. Podía haber conquistado varios más. La siempre caprichosa Academia decidió otorgárselos por sus trabajos en La ley del silencio (1954) y El padrino (1972). Sin el oro se quedaron joyas del calibre de El último tango (1973), Julio César (1953), ¡Viva Zapata! (1952) o Un tranvía llamado deseo (1951)... aunque por todas ellas resultó nominado a la estatuilla.

Solo su furibunda vocación activista en defensa de los derechos de los indios norteamericanos puede ser comparada a su talento ante las cámaras. Cuando Hollywood lo ungió con su dedo y le dio el Oscar por El padrino, Brando decidió no ir a recogerlo y envió a una actriz amiga suya de origen indio para que defendiera la causa delante de los esmóquines, las limusinas y otros símbolos del poder.

Se casó tres veces y tuvo 16 hijos, tres de ellos adoptados. El suicidio de su hija Cheyenne en 1995 —después de que otro hijo suyo, Christian, fuera enviado a la cárcel por asesinar al novio de esta— fue el golpe más duro de una vida destilada entre las luces de una embrujadora vis actoral y las sombras de una personalidad volcánica. La personalidad de un actor llamado deseo.

Fuente: el País.com

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