Fallece Alfredo Landa

viernes, 10 de mayo de 2013

Fallece Alfredo Landa


 Alfredo Landa ha muerto en Madrid a los 80 años, cumplidos hace apenas dos meses, según ha confirmado la Academia de Cine Español. Era uno de los últimos símbolos de la historia del cine español. Landa, que llevaba varios años retirado y enfermo en Pamplona, resume en su carrera la segunda mitad del siglo XX en el cine español, con lo bueno y con lo malo. Fue protagonista destacadísimo de las comedias populares que triunfaron en los años del desarrollismo y, al mismo tiempo, uno de los héroes de la edad de oro del cine de autor en los 70.


Aunque la familia del intérprete guarda silencio sobre dónde y cómo se ha producido su muerte, algunos de sus amigos y compañeros han recordado que llevaba tiempo enfermo. El actor será incinerado este viernes a las 11.30 horas en el Tanatorio Nuestra Señora de los Remedios, en la localidad madrileña de Colmenar Viejo, han confirmado fuentes de este centro.

Landa, con más de 120 películas a sus espaldas, es historia del cine español hasta el punto de que las películas que protagonizó durante los años 60 y 70 crearon un género propio, 'el landismo'.

'Atraco a las tres' y 'El verdugo' aparecen en la primera fila de su currículo. Su papel en las películas de Forqué y Berlanga aún era secundario, pero es un buen pórtico para entender su carrera. Lo muy español, en un sentido sórdido y cómico, la picardía, la pobreza, el humor negro...

Un par de años después, 'Ninette y un señor de Murcia', en 1965 aparece como una bisagra en su carrera. La película pertenece, por un lado, a los tiempos del cine heroico y de realismo sucio de la primera posguerra; y por el otro, anuncia el cine del desarrollismo, sainetero y popular.

Y a partir de ahí, la locura: las películas de Lazaga, 'La ciudad no es para mí', los ocho estrenos al año (no es exageración, ocurrió en 1966), los duelos interpretativos con López Vázquez, los ligues con Concha Velasco, el paseo inolvidable por la playa en el movimiento de apertura de 'El celtíbero español', el personaje que fingía ser homosexual en 'El vecino del quinto', las películas de Mariano Ozores, el delirio, el delirio... El dichoso 'landismo'.

Si la carrera de Alfredo Landa se hubiera terminado en 1976, hoy hablaríamos de sociología más que de cine en su obituario: del tópico del personaje bajito, bruto y, en el fondo, buen tipo. Pero ese año, rodó 'El puente', de Juan Antonio Bardem, y, de pronto, el cine español descubrió a un actor sobresaliente.

Un poco de historia: en los años 70, la Dirección General de Cinematografía, gobernada por José María Escudero, impulsó otro cine español, capaz de competir en Cannes, en Berlín y en Venecia. Chavarri, Querejeta, Camus, etcétera. Bardem no pertenecía a esa generación, pero tenía la capacidad de abrir la puerta de esa nueva quinta a Landa.

A partir de 1980, las películas del 'método industrial' desaparecen del currículo. En cambio, comienzan los destellos: 'El crack' y su segunda parte, 'Los santos inocentes', 'Tata mía', 'La vaquilla', 'El bosque animado'... En realidad, el personaje de Landa en muchas de ellas, es el mismo de siempre, el del español de una pieza, un poco ridículo, un poco entrañable, marcado por su físico de posguerra, 'sanchopancesco'... pero dignificado, cada vez más matizado, más complejo.

'El rey del río', de Manuel Gutiérrez de Aragón, fue quizá, su última gran película. Después hubo televisión y réplicas no del todo completas de sus años dorados. Landa, ya anciano, se convirtió cada vez más en personaje: gruñón, puñetero y simpático. En 2007 se llevó el Premio Goya de Honor (ya tenía dos en el currículo por sus trabajos en 'La marrana' y 'El bosque animado'). Durante la ceremonia, cuando pronunciaba su discurso de aceptación, tuvo un ictus, se quedó en blanco y balbuceó unos segundos. Fue la última imagen de Landa para muchos. Quedan sus películas.


fuente: el Mundo, RTVE.es

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