Era fotógrafo, de los buenos, y ‘Paris Match’, una de las revistas con las que colaboraba lo había enviado al rodaje de ‘Something’s got to give’. Aquella noche, y en una piscina, se fraguó su leyenda. Él desnudó a Marilyn y se la enseñó al mundo. De nada han servido sus trabajos posteriores: sus retratos de Lee Harvey Oswald, el asesino de Kennedy; sus instantáneas de Robert Redford y otros mitos cinematográficos, ni su Pulitzer gracias a ‘La canción del verdugo’, un trabajo realizado mano a mano con Norman Mailer.
Desnudo en la piscina |
Él es Lawrence Schiller, el fotógrafo que ni siquiera tuvo que convencer al mito erótico para que se desnudara, porque ella fue el ‘cerebro’ de toda la sesión. Schiller, de 76 años, lo cuenta con todo lujo de detalles. Cuando llegó al set y ella le contó que pensaba posar desnuda para él, el joven artista exclamó: “Tú ya eres famosa, el que se va a hacer famoso ahora soy yo”. A lo que una burlona Marilyn respondió: “No seas arrogante. Sustituir a un fotógrafo es fácil”.
De resultas de aquel encuentro, un reportaje ejecutado en mayo de 1962, tres meses antes de la muerte de su protagonista, en el que aparece en toda su plenitud. Para Schiller, la intención de la Monroe estaba clara: acaparar las portadas del momento y desplazar en popularidad (y en las páginas de las revistas) a la que consideraba su rival, Elizabeth Taylor, a la sazón 30 años, frente a sus 36 abriles, y robándole protagonismo con su belleza y sus éxitos cinematográficos. A juicio de Schiller, la ‘operación desnudo en el agua’ dio sus frutos y la Taylor, inmersa en el rodaje de la superproducción ‘Cleopatra’ (1963), fue barrida de la actualidad durante unas semanas.
En el rodaje de Something’s got to give |
A poco de celebrarse este año el 50 aniversario de la desaparición de la protagoista de ‘Los caballeros los prefieren rubias’ (1953), la editorial Taschen saca a la luz una edición especial de ‘Marilyn & Me’, el libro que muestra todas y cada una de las instantáneas captadas aquella noche y las imágenes tomadas posteriormente por Schiller hasta la desaparición de la rubia inmortal. Son 1.962 ejemplares (por el año de su muerte), de los que 1.712 volúmenes numerados corresponden a la edición de coleccionista, firmados por el fotógrafo (750 euros). Otra dos series, de 172 ejemplares cada una, ofrecen una imagen original a elegir, en blanco y negro o color, por 1.500 euros. Los 1.962 volúmenes están forrados en seda duquesa, procedente de una de las fábricas textiles más exquisitas de Italia.
Más info: www.taschen.com
http://fueradeserie.expansion.com/
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