Un 5 de noviembre nació la actriz Vivien Leigh, considerada una de las grandes y bellas actrices de la época de oro del cine estadounidense. Ganadora de dos premios Óscar, Leigh es recordada como Scarlett O´Hara en la película Lo que el viento se llevó.
Nació como Vivian Mary Hartley en
la India (Darjeeling, 1913 - Londres, 1967) . Su padre, que nació en Yorkshire,
había emigrado a la India en busca de aventuras. Su madre, descendiente
de irlandeses, también había nacido en la India. Cuando cumplió los seis años,
su familia se trasladó a Inglaterra, y la futura actriz sólo regresaría a su
país natal en un viaje en la década de los sesenta.
Leigh fue educada en el Convento del Sagrado Corazón,
en Roehampton, durante ocho años, donde se aficionó a la interpretación gracias
a las obras de teatro que se organizaban en el colegio. Estudió ballet, cello y
piano, y se examinó en la Real Academia de Música cuando era adolescente. Le
fascinaba la historia de Egipto y los idiomas (hablaba francés con fluidez).
Estudió en colegios de la Riviera Italiana y de París, y en 1932 conoció a
Leigh Holman, trece años mayor que ella, con quien se casó ese mismo año en
Londres. Para entonces ya había comenzado a estudiar en la Real Academia de
Arte Dramático de Londres (RADA); estudios que continuó tras su luna de miel.
En 1933 dio a luz a su primera hija.
En 1934 intervino en sus tres primeras películas. En
diciembre de ese año vio a Lawrence Olivier en una obra de teatro y afirmó que
ese sería el hombre con quien iba a casarse, aunque en aquel momento ambos
estaban ya casados. El marido de Leigh pensaba que su interés por la actuación
sería pasajero, y que volvería a desempeñar el papel de esposa y madre. Nada
más lejos de la realidad.
En 1935, cuando Leigh representaba una obra de teatro
titulada The Mask of Virtue, Alexander Korda se fijó en ella y le
ofreció un contrato durante cinco años para hacer diez películas en Inglaterra,
algo que no llegó a cumplir porque en 1938 se marchó a Hollywood. Mientras
tanto, fue presentada a su ídolo, con quien inició un romance al poco tiempo.
Títulos de esta época serían La mujer enigma (1937), de Victor
Saville, o Un yanqui en Oxford (1938), de Jack Conway. En
1937, tras protagonizar Hamlet junto a Olivier en el teatro,
Vivian dejó a su marido y se mudó a Chelsea con el actor.
Desde el momento en que comenzó la búsqueda de la protagonista de Lo que el viento de llevó, Vivien Leigh estaba segura de que ella sería la protagonista. Inicialmente no fue barajada para el papel de Scarlett O'Hara pues no era una actriz popular en los Estados Unidos, pero hizo una audición en Hollywood y fue elegida de entre un grupo de grandes estrellas como Lucille Ball, Carole Lombard (la esposa de Clark Gable), Paulette Goddard (quien ya tenía el papel casi seguro), Jean Arthur, Joan Bennett, Bette Davis (quien rechazó el papel por haber hecho un año antes Jezabel) y Katharine Hepburn. Parece que Vivien obtuvo el papel gracias a George Cukor, quien iba a dirigir la película hasta que fue sustituido por Victor Fleming. Realizó una interpretación de Scarlett O'Hara que ha pasado a la historia del cine como uno de las más memorables y épicas, junto a la no menos espléndida de Clark Gable, pareja en escena que se convirtió en uno de los iconos más clásicos de Hollywood.
Olivia de Havilland, la única actriz que aún vive de los actores principales, la recuerda como «una mujer muy dulce y profesional» refiriéndose a que Vivien que era inglesa tuvo que aprender el acento sureño.
No obstante, Leigh no estaba a gusto allí; tan pronto
como terminó el rodaje, se presentó a las pruebas de selección de Rebeca,
de Alfred Hitchcock, pero el papel sería para Joan Fontaine. Su siguiente
título de éxito sería, sin embargo, El puente de Waterloo (1948),
de Mervyn LeRoy, adaptación de la obra teatral de Robert E. Sherwood. Este
título formaba parte de su nuevo contrato con la Metro Goldwyn Mayer. En 1940
Leigh y Olivier se casaron por fin, con Katharine Hepburn como dama de honor y
Garson Kanin. Protagonizaron tres películas juntos: Fuego sobre
Inglaterra (1937), de William K. Howard; 21 días juntos (1938),
de Basil Dean; y Lady Hamilton (1941), de Alexander Korda.
Su siguiente título, Anna Karenina (1948), de Julien Duvivier, era un papel que siempre había querido interpretar. En esa época su dedicación al teatro era mayor que la cinematográfica . La década de los cincuenta se inició con Un tranvía llamado deseo (1951), de Elia Kazan, trabajo que le proporcionó el Oscar a la mejor actriz. Leigh sufría, además de tuberculosis, desdoblamiento de personalidad, lo que más tarde dificultaría que distinguiese su vida real de la de su personaje en la película: Blanche DuBois. La película significó, no obstante, su regreso Hollywood tras una década de ausencia.
Durante la guerra, participó en un tour con otros actores ingleses por el norte de África, interpretando poemas y fragmentos de sus películas. Cuando regresó, decidió no volver a Hollywood y quedarse en Inglaterra haciendo teatro. Sin embargo, el productor Selznick intentó presionarla para que cumpliese con un contrato que habían postpuesto durante cuatro años. La batalla acabó en los tribunales, y Leigh ganó. Al acabar César y Cleopatra (1945), junto a Claude Rains y Stewart Granger, Leigh tuvo que ser ingresada. Su tuberculosis recurrente había reaparecido por el agotamiento.
En Septiembre de 1951 su enfermedad psíquica sufrió
una recaída y tuvo que ser internada. Tras una sorprendente mejoría,
protagonizó The Deep Blue Sea(1955), de Anatole Litvak, que no tuvo
éxito en taquilla. El teatro, junto a Olivier, continuó siendo su mayor
aliciente. En 1957 comenzaron sin embargo los rumores de la separación, porque
Olivier había iniciado un romance con la actriz Joan Plowright.
.
En 1961 Leigh protagonizó, de nuevo en Hollywood,La
primavera romana de la señora Stone, de José Quintero, adaptación de la
obra de Tenesee Williams que se convitió en la primera película de la actriz
tras cinco años alejada de la pantalla. El barco de los locos (1965),
de Stanley Kramer, junto a Simone Signoret, José Ferrer y Lee Marvin, fue su
último trabajo, año en el que también protagonizó su última obra de teatro,
junto a John Gielgud: Ivanov. Leigh vivió junto al actor John
Merivale desde 1959 hasta 1967.
Después de una larga agonía prolongada a causa de una avanzada tuberculosis, Leigh fallecía la noche del 7 de julio de 1967. Tras de arreglar sus flores y atender a sus amigos, cansada se retiró a su cuarto. Tenía tan sólo 53 años. Fue hallada muerta en la habitación de su apartamento londinense en el 54 Eaton Square por su entonces pareja sentimental, quien rápidamente llamó a Laurence Olivier. Éste (según los artículos de la época) fue el más afectado por la muerte de Leigh.
Laurence Olivier se encontraba ingresado en el hospital, pero al ser avisado de la noticia pidió el alta voluntaria y acudió inmediatamente al lado de Vivien. Él mismo relata en sus memorias que permaneció junto a ella a solas «pidiéndose perdón por todo el daño que se habían hecho». Siempre la recordaría como el gran amor de su vida. Desde que se casó con sir Laurence Olivier hasta su muerte nunca se quitó el título de Lady Olivier.
La sobreviven su hija, nietos y bisnietos, que permanecen en el anonimato.
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