Lizabeth Scott falleció el pasado 31 de enero, a los 92 años, en el Cedars Sinai Medical Center de Los Ángeles (California, EE.UU.), aunque su fallecimiento no trascendió hasta el pasado fin de semana.
Scott, cuyo nombre real era Emma Matzo, nació en 1922 en Scranston, en el estado de Pensilvania, en el seno de una familia de emigrantes rusos. Estuvo casada una sola vez y únicamente durante un año. Hasta en tres ocasiones hizo campaña por Ronald Reagan, el actor que llegó a ser presidente del país.
Apodada The threat, tras formarse en el teatro debutó en el cine con 23 años en You came along, junto a Robert Cummings, y un año después compartió cartel junto a Kirk Douglas y Barbara Stanwyck en El extraño amor de Martha Ivers, su primer contacto con el cine negro.
En este género brindaría sus mejores interpretaciones: es el caso de Callejón sin salida (1947), donde comparte protagonismo con Humphrey Bogart, o Ciudad en sombras, donde la rubia de imponente estatura (1,70) encabezó el reparto junto a Charlton Heston, por citar solo algunos títulos.
A menudo se la comparó con otra de las grandes «femme fatales» que ha dado el cine, Lauren Bacall, prácticamente coetánea (1924) y que también despuntó en el noir al mismo tiempo (El sueño eterno es del 46). Los espectadores veían fuertes paralelismos entre ambas, no solo por su considerable parecido físico, sino también por sus voces profundas.
Hasta su retirada, en 1972, participó en una treintena de trabajos (además del cine se dejó ver, a partir de los 50, en la televisión), en los que ocasionalmente cambió de registro, como en la comedia Una herencia de miedo, junto a Dean Martin y Jerry Lewis; o en una de las típicas cintas de Elvis Presley, Loving you. Irónicamente, su último papel se lo brindó Pulp, una especie de parodia de su género predilecto, el cine negro, junto a Michael Caine y Mickey Rooney.
Fuente: ABC.es
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