El piano de 'Casablanca', expuesto en Sotheby's antes de ser subastado. |
En la imagen de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman brindando con champán en una ciudad marroquí estuvo presente el piano y tmabién la mayoria de momentos cumbre del film. Este objeto de coleccionista se subastó el viernes por Sotheby’s que buscaba recobrar el esplendor perdido de Casablanca (1942) vendiendo el inolvidable piano al que tocaba Sam (el actor Dooley Wilson) esa sintonía que nos ha acompañado durante generaciones. La cifra por la que se adquirió resultó relativamente decepcionante ya que no alcanzó las expectativas en la subasta, ya que las previsiones de Sotheby's apuntaban una cifra superior al millón de dólares.: 600.000 dólares (algo más de 450.000 euros), la mitad de los 1,2 millones de dólares (más de 900.000, en euros) a los que aspiraba la casa de subastas.
El instrumento fue puesto a puja por un coleccionista japonés que a su vez ya lo había adquirido en una subasta anterior, también en Sotheby’s, en 1988, por 154.000 dólares (algo más de 115.000 euros). Entonces esa resultó la cantidad más alta de la historia por la que se vendía un objeto de cine. De ahí la decepción de esta ocasión. Y más si tenemos presente que en otra subasta celebrada en Los Ángeles dos días antes un póster de Metrópolis, la película de 1927 de Fritz Lang, lanzado en su época con motivo de su estreno internacional, sí alcanzó los 1,2 millones de dólares.
En cualquier caso, la película de Michael Curtiz –al igual que Metrópolis, eterna en las listas de las mejores películas de la historia- preserva su gancho. A tal punto, que a finales de noviembre The Wall Street Journal publicaba que en los mentideros de Hollywood se está considerando seriamente resucitarla con una secuela. En esta ocasión, se nos contaría que Ilsa Lund (Bergman) subió a aquel avión embarazada de Rick Blaine (Bogart) y que habría decidido educar a su hijo junto a su marido, Victor Lazlo (Paul Henreid). Solo de pensarlo, se disipa el encanto de aquella niebla que envolvía el mítico beso mientras aún resonaba la cancioncilla.
En un primer momento, la casa de subastas no identificó al comprador, pero ahora sabemos que han sido Leonardo DiCaprio y su amigo Stewart Rahr, un hombre de negocios también multimillonario.
Subasta del piano |
En un primer momento, la casa de subastas no identificó al comprador, pero ahora sabemos que han sido Leonardo DiCaprio y su amigo Stewart Rahr, un hombre de negocios también multimillonario.
fuente: El País, ABC
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