Clint Walker, era una de las últimas estrellas de Hollywood vivas, pero ha fallecido hoy a los 90 años sen el Norte de California, según ha informado The New York Times. El mítico intérprete destacó por sus papeles en varios western de éxito de los 50, 60 y 70, tanto en cine como en televisión.
Hace un cuarto de siglo que Clint Walker se asomó por última vez a la pequeña pantalla, en una entrega de Vacaciones en el mar. Pero los amantes del western de bajo presupuesto prefieren recordarle como Yellowstone' Kelly de Emboscada (Gordon Douglas, 1959). Era aquel un trampero del sur de Misuri, al que los sioux respetaban y dejaban operar en su territorio.
Hace un cuarto de siglo que Clint Walker se asomó por última vez a la pequeña pantalla, en una entrega de Vacaciones en el mar. Pero los amantes del western de bajo presupuesto prefieren recordarle como Yellowstone' Kelly de Emboscada (Gordon Douglas, 1959). Era aquel un trampero del sur de Misuri, al que los sioux respetaban y dejaban operar en su territorio.
No faltarán quienes prefieran recordar a Walker como el Samson Posey de Doce del patíbulo (Robert Aldrich, 1967), el gigante de aquellos condenados que con su misión suicida brindaron a la afición una de las más queridas hazañas bélicas. En efecto, Walker fue un actor entrañable. Muy querido por los niños de los años 60, que tuvieron en él a uno de esos tipos tan corpulentos como bonachones que constituyeron un pequeño arquetipo del cine de acción.
Sin embargo, a Walker su gran personaje le fue dado por la televisión: el Cheyenne Body de Cheyenne. Este cowboy solitario, toda una trasposición del caballero andante al western, recién acabada la guerra de secesión estadounidense recorría el oeste haciendo valer la justicia entre los colonos y los forajidos, los indios y los pioneros.
El futuro actor nació en Illinois en 1927 y sus comienzos en la vida bien hubieran podido ser los de cualquiera de sus personajes. Tras abandonar la escuela con 16 años, pasó un tiempo enrolado en la marina mercante. Concluida la guerra se empleó en una petrolera de Texas y en una agencia de detectives californiana, entre otras ocupaciones, a cuál más dispar, antes de ganar un concurso convocado por la Warner.
Ya popular en la antena de su país merced a Cheyenne Body, llegó al cine para recrear al mismo personaje en The Travelllers (Richard L. Bare, 1957). Con Gordon Douglas trabajó por primera vez en Quince balas (1958). En aquella ocasión la chica fue, ni más ni menos, que Virginia Mayo. Celia Gray era el nombre de su personaje. Requien to Massacre (1960) fue otro western B debido al gran George Waggner. Al punto, de nuevo a las órdenes de Douglas, llegó El oro de los siete santos (1961).
De ahí que después de tanto western se hiciera raro encontrar al actor recreando al Bert de No me mandes flores (1964), una cinta de Norman Jewison al servicio de Doris Day y Rock Hudson, una de las parejas favoritas del público en la comedia romántica del momento.
Doce del patíbulo devolvió a Walker a donde solía. Eugenio Martín lo trajo a España para protagonizar -junto a Telly Savalas, Anne Francis y otras glorias del Hollywood pretérito ya en decadencia-, El desafío de Pancho Villa (1972). El resto, prácticamente, fueron esas apariciones televisivas por las que discurre el otoño de tantas viejas glorias de la gran pantalla. En el caso de Walker hay que dar noticia de sus apariciones estelares en series como Centennial (1978-1979).
Fuente: El Mundo, antena 3.
Fuente: El Mundo, antena 3.
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