Estrellas vivas

domingo, 22 de diciembre de 2013

Estrellas vivas


Al igual que con las muertes de Marlon Brando, Elizabeth Taylor, Peter O´Toole o Joan Fontaine  hemos vuelto a oírlo: acaba definitivamente la época dorada de Hollywood. Pero eso no es cierto del todo. Todavía viven muchas estrellas de aquella época, si bien es posible que parte del público piense que han fallecido. Por ejemplo, algunos se sorprendieron al ver  a la mítica Olivia de Havilland (1916) presentando un homenaje con motivo del 75º aniversario de los Oscar. La actriz se encontraba en un excelente estado de salud, a pesar de que sus últimos años no habían sido fáciles. Tras la muerte de su hijo mayor y  de cáncer su segundo marido, Pierre Galante. De Havilland vive retirada en un lujoso piso de la calle Benouville, en el centro de París. Su última película, un telefilme sobre los amores entre Eduardo VIII y Wallis Simpson, se estrenó en 1988. Desde entonces se ha centrado en escribir sus memorias, que serán publicadas a finales de año. Posiblemente en ellas explique la tormentosa relación que siempre ha mantenido con su hermana, la actriz Joan Fontaine, con la que no se habla desde hace más de sesenta años.

Olivia junto a Bissett, recibiendo la cruz de Francia. 
En Carmel (donde Clint Eastwood fue alcalde varios años) reside Doris Day (1924). La actriz y cantante recibió la Medalla de la Libertad de la Casa Blanca, por sus logros artísticos y su frenética actividad en defensa de los animales: preside varias asociaciones benéficas y ha creado hospitales y guarderías para animales de compañía. Además, junto con su único hijo, Terry Melcher, regenta un lujoso hotel, al más puro estilo kitsch. La actriz se retiró por completo del cine en el año 1968 y desde entonces rechaza tanto su aparición en actos relacionados con Hollywood como su presencia estelar en películas.

Tampoco ha aparecido en la gran pantalla desde hace años la inolvidable Kim Novak (1933). La última vez fue en la discreta Pasiones prohibidas (1991), de Mike Figgis. Novak no necesita trabajar demasiado, ya que amasó una gran fortuna en sus años de gloria. Posee varias casas y vive con su marido, el veterinario Robert Malloy, en un rancho en Oregón, donde se dedica a la cría de caballos y llamas. En el año 2000 el matrimonio se salvó por los pelos de morir en un incendio fortuito que destrozó, entre otras cosas, el ordenador donde guardaba las memorias que ahora reescribe.


Quien las acaba de publicar es Maureen O'Hara (1920). La pelirroja protagonista de El hombre tranquilo se mantiene en muy buen estado de salud y sigue interviniendo en series y largometrajes para la televisión. Su última incursión cinematográfica hasta la fecha ha sido la comedia Yo, tú y mamá (1991), de Chris Columbus. La actriz enviudó en 1978 de su tercer marido, el aviador Charles Blair, y desde entonces es la presidenta de unas líneas aéreas, Antille Airboats. Tiene su residencia en las paradisíacas islas Vírgenes.

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