Joan Fontaine |
“He tenido una vida tremenda. Y no sólo en lo que se refiere a la interpretación. He participado en carreras en globo, he pilotado mi propio avión… he hecho un montón de cosas excitantes”. Así resumía Joan Fontaine una existencia plena que se apagó este domingo a los 96 años, una muerte dulce a un avanzada edad.
Como prueba de que mitos de este calibre nunca nos abandonarán, esta misma semanase podrá ver a Joan Fontaine en dos títulos: Mujeres, de George Cukor (martes 17 a las 10:30) y, sobre todo, Sospecha (sábado 21 a las 12:40), la película por la que la actriz logró su único Oscar (en aquel momento, la mujer más joven en conseguirlo, a la edad de 24 años).
La carrera de la joven Fontaine había comenzado a mediados de la década de los 30, pero no despegó de verdad hasta que, a raíz de una cena en la que tuvo la fortuna de sentarse junto a David O. Selznick, consiguió el papel protagonista de Rebeca (1940), la primera película en Estados Unidos de Alfred Hitchcock.
El director inglés, que (además de su pelo rubio, por supuesto) admiraba de la actriz su autocontrol y templanza, volvió a elegir a Joan Fontaine como protagonista de Sospecha, su segunda película americana, y le dio otra vez el papel de una recién casada (Lina McLaidlaw) a la que el nuevo matrimonio le dará más de un disgusto.
Fontaine, como hemos comentado, ganó el premio de la Academia de Hollywood a la Mejor Actriz, pero este galardón, que muchos pensaban que le debían por su papel en Rebeca, le trajo también varios sinsabores. El más conocido de ellos fue la enemistad con su hermana Olivia de Havilland, que también optaba a la estatuilla por Si no amaneciera. Este duelo fratricida reavivó un conflicto entre ambas que estaba latente desde la niñez, como Fontaine relata en su libro de memorias No Bed of Roses. La mala relación entre las dos estrellas se prolongaría de por vida, con otros episodios sonados también en ceremonias de los Oscar. Cuando en 1947, por ejemplo, de Havilland resultó triunfadora por Vida íntima de Julia Norris, rechazó la felicitación de su hermana.
Olivia y Joan |
Lo que a lo mejor no resulta tan conocido es que, a parte de su hermana, había otra persona celosa de Joan Fontaine por su Oscar en Sospecha. Y no era otro que su compañero de reparto, Cary Grant. El actor británico, que debutaba aquí con Hitchcock, consideraba que durante todo el rodaje el director había dispensado a Fontaine un trato de favor, hasta el punto de que, estableciendo una comparación con el personaje de Lina, llegó a decir que “teniendo en cuenta su comportamiento, no le extrañaba que su marido quisiera matarla”.
Grant evitó tener contacto en el futuro con Fontaine, quien, sin embargo, sí tuvo buenas palabras para el actor en sus memorias: “Fue fascinante trabajar con él, aunque cometió un error: no darse cuenta de que el papel principal era el de Lina”.
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