Maureen O´Hara |
Maureen O'Hara, conocida por sus papeles en El hombre tranquilo y ¡Qué verde era mi valle! y su inconfundible melena pelirroja, ha muerto por causas naturales a sus 95 años. El comunicado que ha publicado The Irish Times, dice: «Con nuestro corazón lleno de dolor os compartimos la noticia de que Maureen O'Hara ha fallecido este sábado mientras dormía por causas naturales». La actriz había recibido el Oscar honorífico este año. Ha fallecido rodeada por su familia en Boise (Idaho). “Maureen era nuestra querida madre, abuela, bisabuela y amiga. Ha fallecido en paz, rodeada de su familia, que ha recordado su vida escuchando la música de su película favorita, El hombre tranquilo, según su mánager y coautor de sus memorias, Johnny Nicoletti. Como actriz, Maureen O'Hara interpretó fortaleza y sensibilidad en todos los personajes que interpretó. Sus personajes eran enérgicos y valientes, como lo fue ella en la vida real. También era orgullosamente irlandesa y pasó su vida entera compartiendo su herencia y la maravillosa cultura de la isla Esmeralda con el mundo", dice una biografía familiar.
Maureen O'Hara nació como Maureen FitzSimmons en Ranelagh, un suburbio de Dublín, el 17 de agosto de 1920, segunda hija del dueño de un negocio textil y de un equipo de fútbol y de una cantante. A los 14 años ya estudió en el dublinés Abbey Theater y con 18 ya había aparecido en dos musicales británicos. Su primera prueba de cámara para Hollywod resultó un desastre, sepultada en una capa de maquillaje y mal vestida. Famosa por su llameante cabello pelirrojo, fue Charles Laughton junto con Eric Pommer quienes lograron convencer a O'Hara para iniciarse como actriz con un contrato de siete años con Mayflower Pictures. Tras estar en dos producciones bajo el nombre de Maureen FitzSimons, su primera película fue La posada de Jamaica dirigida por el celebrado Alfred Hitchcock.
Algunos de sus mejores trabajos los filmó en blanco y negro; curiosamente, cuando llegó el Technicolor al cine en los cincuenta, a O'Hara la bautizaron la reina del Technicolor, porque el contraste entre su pelo y su mirada hipnotizó hasta a los creadores de ese proceso fílmico. Pero para entonces O’Hara era una estrella. Con su padrino Laughton aterrizó en Estados Unidos como Esmeralda en una estupenda versión de El jorobado de Notre Dame, conocida también en España como Esmeralda la zíngara (1939). Ese mismo año conocería a John Wayne, con el que tendría una gran amistad que duró toda su vida.
En 1941 John Ford la elige para estar en ¡Qué verde era mi valle!, película que obtuvo cinco premios Oscar. Pese a todos los reconocimientos, la interpretación de O'Hara no logró convencer a los académicos de Hollywood, que nunca la nominarían a los Oscar. En noviembre de 2014 la Academia de Cine estadounidense le concedió el Oscar Honorífico. Los actores Clint Eastwood y Liam Neeson le entregaron el premio.
Reconocida por sus intervenciones en El cisne negro, Simbad el marino o La isla de los corsario, fue una de las actrices habituales de John Ford, que también fue uno de sus grandes amistades en Hollywood. Con él estaría en Río Grande y El hombre tranquilo, por el que sería recordada para siempre en la historia del cine. O'Hara, con su muerte, también se ha llevado a la tumba un secreto de El hombre tranquilo: la frase que le dice al oído a John Wayne para que éste reaccione con sorpresa en una de las escenas del filme. John Ford le dijo a O'Hara que necesitaba una genuina expresión de sorpresa de Wayne, "y era algo muy grosero", según declararía posteriormente la actriz. "¿Tengo que hacerlo?", reaccionó O'Hara. "Te lo estoy diciendo. Vas a hacerlo", contestó el director. "Así que el acuerdo fue que ni Duke [el 'mote' de John Wayne para los amigos], ni John, ni yo, o cualquiera diría nunca, nunca, nunca lo que dije". La frase en cuestión se ha convertido en un pasatiempo para cinéfilos con pretensiones de lectores de labios. Pero nadie ha llegado nunca a ninguna aproximación de lo que la pelirroja O'Hara dijo a Wayne, un actor que tenía un tremendo respeto profesional por la irlandesa.
Casada en tres ocasiones, la última marcó su vida hasta el final de sus días. En 1941, se casó con el director Will Price y tuvieron una hija, Bronwyn, en 1944. "El matrimonio fue un error terrible y nos divorciamos en 1952", comentó en una oportunidad.En 1968 contrajo matrimonio con Charles Blair, un exaviador de las fuerzas armadas —que había sido previamente durante años amigo suyo— que poseía una pequeña línea aérea, Antilles Airboats. Juntos, codirigieron la compañía, y O’Hara se retiró del cine en 1973 tras el telefilme El poni rojo. En 1978 Blair falleció en un accidente de aviación y O’Hara quedó devastada, a la vez que se convertía en la primera mujer que dirigió una compañía aérea. De su retiro solo salió en cuatro ocasiones para actuar: tres para la televisión —la última con El último baile (2000)— y una para el cine, como madre de John Candy en Yo, tú y mamá (1991).
En 2004 publicó su autobiografía, ‘Tis Herself y recibió un homenaje de la Academia de Cine y Televisión de Irlanda, porque nunca dejó de sentirse irlandesa, a pesar de tener la doble ciudadanía.
O´Hara |
Ahora, O'Hara emprende su último viaje, al Cementerio Nacional de Arlington, en cuyas 253 hectáreas están enterrados casi medio millón de estadounidenses que dedicaron su vida a su país. Allí descansará junto a su tercer esposo, el general de la Fuerza Aérea de Estados Unidos Charles F. Blair.
Fuente: ABC.es, El País, El Mundo, latercera.com, BBC
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