Lee |
Christopher Lee construyó su leyenda en películas de la productora Hammer, muchas de ellas dirigidas por el gran Terence Fisher y con Peter Cushing como compañero de reparto, por lo general en el papel de Van Helsing. El primer encuentro entre ambos, sin embargo, fue bastante atípico, en el Hamlet de Laurence Olivier. La figura imponente de Lee (medía 1,96) era idónea para encarnar a toda clase de enemigos del sueño. Además de Drácula, fue Frankenstein, la Momia, el doctor Jekyll y Fu Manchú. También encarnó varias veces con acierto a Sherlock Holmes e incluso trabajó en La vida privada de Sherlock Holmes, de Billy Wilder, aunque en otro papel.
Sus éxitos no se agotaron con el declive de la mítica compañía Hammer. El mantuvo un olfato casi infalible para la taquilla hasta el final de sus días. Los directores y productores seguían contando con él, por otro lado, a veces para pequeños papeles cargados de carácter. En los últimos años, apareció en sagas tan conocidas como las de Star Wars, El señor de los anillos y El Hobbit. Antes había hecho también hizo de villano en El hombre de la pistola de oro, con Roger Moore como James Bond. Lo curioso del caso es que Lee era primo de Ian Fleming, autor de las novelas originales del agente 007. También trabajó en títulos tan conocidos como Gremlins 2 y Sleepy Hollow, de Tim Burton.
Todavía hay una película suya sin estrenar, Angels in Notting Hill, y otra más, The 11th, en la que debía haber actuado al lado de Uma Thurman y Connie Nielsen. Como buen vampiro, pensaba seguir en activo por los siglos.
Lee falleció en el hospital de Westminster, en el barrio londinense de Chelsea, el domingo a las 8.30 de la mañana, según confirmaron fuentes familiares cercanas. Sufría problemas respiratorios y de corazón. Murió de viejo, en definitiva, después de haber fallecido tantas veces de las maneras más violentas posibles, en ocasiones con una estaca clavada en su corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario